Dueño

Dueño del oboe,
del ruido
de la colisión de dos cañas,
de la palabra "bambú".

Me pertencen:
la selección del color de tus ojos,
un termómetro fallado,
el resto de uña que me he arrancado.

Y en mi haber
un botellón azul
con toda el agua
que no he de beber.

En definitiva no tengo nada
si cuando aprieto las fibras
moribundas de mis manos
no siento tus muslos de tiza

Dueño y todo
fugó la risa
en el lomo de la brisa
temprana de mayo

Pero ahora, hoy
no tengo nada;
ni la nada, nada
ni un crayón
para escribir
en los muros húmedos de la soledad
tu nombre en azul.

No siendo suficiente
perdí la vista
no se adonde
dos gotas de alquitrán
todo me lo esconden.

Ya no tengo
un oboe,
ni las peleas de las cañas
o la palabra bambú.
11/07/2008

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