Capitulo 28 Rayuela

El hijo de la Maga ha muerto

pero ella no lo sabe,

ruega que guarden silencio

para que su bebecito descanse.


Esta frió, diez kilos de blanco frío

el suelo es una balsa que se hunde mojada

La maga trae café, al velorio de su hijito,

pero eso tampoco lo sabe.


Ridículo café, el único caliente,

diluido en preguntas/estúpidas/respuestas

Reconfortante café que el muertito jamas conocerá.


Muerto durmiendo sobre dos sillas enfrentadas

como dos continentes

como todos allí, creyéndose tan vivos pero muertos

como Rocamadour

como lo estará la Maga, la uruguaya cien veces violada

como lo estarán todos ellos algún día,

celebrando las palabras como pompas

que revientan sin hacer ruido

en el culito azul del finado.



Rocamadour, dulces sueños

tu muerte es la de ellos.

Viaje de palabra de una boca a otra

(a la esperanza Mario)

Susurra esa palabra
suéltala por entre tus labios
es fácil, suspírala y déjala salir
como una pluma, en mi boca
y tragaré
para que la palabra susurrada sea canoa
rió abajo, por la garganta caudalosa
y como todo llegue al salto espumoso
en el filo de la cascada de mis fauces
y caiga flotando la p l u m a p a l a b r a
abriéndose en alas,
con toda el heroísmo de los pájaros
para darse a conocer pero ya no
con forma invisible de suspiro
ó la timidez de una peluza
sino que arderá en un trueno rompiendo las rocas
estruendo que detendrá las aguas y los llantos
los gritos de las bombas, los perros
los estómagos hambreados por los látigos.

Aturdirá a los sordos
y se hará eco en las voces de los mudos.

Esa palabrita
regalo, soplo de tus rincones
es ahora una pluma
surcando dentro de los míos
navegando como un barco de sal
por los fiordos, por los ríos.

Esa pluma
que supo ser palabra de tu boca
ha crecido, y es

ahora un ala
ahora pájaro
ahora estruendo
ahora luz

ahora calor
ahora fuego
ahora canto
ahora tanto fuego

ahora

Vos

Circo Plovo

a Paco Urondo

Polvo,
harina de la tierra
ocultando belleza,
las verdades obligatorias.

Polvo,
tormenta gris de arena
ha de pasar tu hora
ha de parar tu castigo granizado
sobre los ojos desparpados,
para que con sangre vean lo que queda
el día en que decantes sobre calesitas apagadas.

Polvo,
¿cuando lo harás?
¿cuando te irás de la ciudad?

Polvo, no eres nieve
eres pimienta negra
en la llaga abierta,
en la herida de estos perros
muertos sin un hueso que roer.

Pulmones empastados
atracados de mentira,
cenizas de la justicia
arrastradas en el ala mojada
de los sombreros.

Polvo de oro falso
¡no eres polen!
¡eres el asma de los gatos!

Tantas traqueas obstruidas
por los antifaces polvorientos
de los dueños del Circo Polvo
que sin que nadie lo llame
vino a la Ciudad.

"Dónde está el viento prometido"-
preguntó un hijo a su papá
"Aún no llega hijo, pero no pares de soplar".

Estado de Ser

Con esta corazonada en la boca
y el sol amaneciendo por primera vez
salgo a la vida a enfrentarla
sin miedo, mirarle los ojos de recién nacida
aún sollozando
mirarla para besarla para mirarla más de cerca
y así poder ver, que nada nos separa,
que siempre fuimos dos viviendo
dos respirando flores del mismo limonero
escuchando campanas en la noche ajena,
peinados por el peine de la sal y del viento
sabiendo que esta oreja ya escuchó la risa
avanzando sobe las aguas pacientes del mar
ya hemos oído el llamado dulce, irresistiblemente dulce
llamando a mis manos desde un punto celeste
una cúpula en el cielo boreal

Este cuerpo menos que mi cuerpo
recostado en las orillas de un parche de cuero
tambor de tierra, resecado sin riego de piedad ó llanto
mi cuerpo entregado al sol verdugo, ojo de braza
a los mediodías pausados
bajo el grito del fuego ajusticiador
recibiendo cada golpe furioso
como un oleaje de cólera en el lomo,
cuero con cuero
parche en el parche
tambor contra corazón
corazón tambor latiendo,
resultando en palabra pesada como un ancla
en la punta de esta lengua moribunda.

BLUM BLUM BLUM
ahora en silencio

Se abre en agujero
se rompe la tensión del cuero
un círculo armado de vació y de paz
en un mundo de piel sin horizontes

Pero ahí vienen llegando aladas, Diosas
las gaviotas de gala, de azules, del único mar que queda
me toman sin tocarme me llevan
al ras del mundo como lo hacen las mañanas
hasta allí, allí donde el fuego se convierte en esperanza
en vigilia soñada, en Alegría con ganas de ser niña

Ellas abren sus bocas mudas y mi cuerpo cae
en cada nube un violín tibio
un coro de colores
un olor a lluvia, a helecho nuevo
y yo caigo como volando
hacia el hueco en el parche de cuero
el viento que se escurre entre los brazos
como la mirada de abuela atraviesa todo
la luz del sol se va alejando
el aire, hermoso frío
pasando sus dedos por los míos
que también vuelan, danzan
por última vez conmigo

el viento

la luz

las gaviotas

la tierra

el anís

el amor.

Alimento de noche

Una ventana,
una llamada en la oscuridad
por donde el humo de las flores
busca salir

Las letras
ó palabras soñadas
también buscan la salida de las bocas
como moscas hacia la ventana.

Una espalda
un lienzo vivo
no me deja ver
la noche enmarcada

pero sé que está,
perfecta y amarilla
la noche congelada
inhalando humo y moscas
y a sus ojos azules.

La noche entra en ellos.