Tirar del hilo
que une los retazos
de dos telas enemigas
es acercarlas (cocerlas)
para que se amiguen.
Y si reemplazamos las telas
por dos continentes enfrentados
y el hilo por amor
y tiramos de él
con la fuerza de una ola
se acercaran nuestras bocas
en un beso suturado
así el odio caerá por la grieta
medida en ecos y días negros
que nos supo separar.
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