Térmica

El verano en Buenos Aires no es

Caetano Veloso ni castañas de cajú.



Aquí el calor es una frazada

palmeando tu espalda en una plaza.

Es la paloma malhumorada y murguera

mojando sus axilas en el agua del cordón.


El verano en Buenos Aires tiene aire

de desierto, silencios y pobrecitos

que se han quedado buscándole la vuelta

a la vida bajo la tierra en el metró.



Pero bueno, Buenos Aires

con sus medias largas y el cigarro que quema

siempre te sorprende en una esquina

con esa mujer que no habías visto

entre la multitud de algún noviembre

abriendo sus calles,

enrollando sus toldos como pestañas

para que la veas venir de frente

con el sol de guradaespaldas.


El verano en Buenos Aires es un calor insoportable.

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