Cosas
Será un vicio, una necesidad de la razón y/o una suerte de control sobre el caos el hábito de realizar listas acerca de todo; listados del 1 al 22000, por orden alfabético, por orden de prioridades, en desorden, organizados en secuencias de tiempo, antes y después de cristo, listas de invitados, de desaparecidos, de "cosas que debo hacer antes de morir", listas negras, listas, listados, rankings, los 10 más buscados, los mandamientos, estudiar casarse, padrones, listas de supermercado, para subirse a un barco, para bajarse. Listas de remanentes. Listo.
Esta es mi lista sin propósito alguno. Inevitablemente sigue un orden (dependiendo por donde se inicie su lectura), pero no lo tiene para mí. ¿cómo escaparle al orden?¿cómo se hace para escribirla sin un orden? Parece que siempre habrá una cosa antes de otra cosa y otra después.
Fumarme un cigarrillo de marihuana con Cortázar.
Tocar el cielo con las manos y volver para contárselo a mis amigos de café.
Subirme a un globo aerostático.
Tomarme un trago hecho con nube de tormenta y ron.
Caminar 100.000 km..
Inventar algo que involucre flores y una pila
Vivir para contarlo.
Hacer un asado con todos los hombre y mujeres del mundo, en una gran mesa, pasandonos el vino y la ensalada, compartiendo el pan y después cantar todos juntos una chacarera.
Que el saldo entre la risa y el llanto sea positivo.
Inventar una palabra que dentro de 1000 años algún poeta recoja en un poema.
Dar una vuelta en aladelta dentro de una pintura de Miró.
Que el capitalismo se saque la máscara.
Que el cerebro no funcione a la hora de tomar decisiones.
Poner en fila todas las palabras de todos los idiomas de todas las épocas de todas las culturas, leerla sin anteojos de principio a fin sin parar para respirar y morirme.
Respirar abajo del agua.
Ver a dos dinosaurios haciendo el amor.
Que la democracia se quite la careta.
Hacer un pozo que llegue a China.
Que el obelisco sea 29 veces mças alto.
Ver a un odontólogo sin un diente de adelante.
Ganarme la lotería y perderlo todo en los caballos ese mismo día y tomarme un mate.
Mascar al tiempo como un chicle.
Quiero que un chino me cuente un chiste y reirme hasta haber aprendido a hablar chino.
Amigos.
Saber amar.
Nacimiento
habrá un niño despierto
diciendo
por vez primera
una palabra nueva
como un parto oral,
como vomitado un conejo.
Por vez primera
digo i.e. sale de mi boca,
escribo i.e. sale de mí
el adjetivo lucífugo, ga,
que huye de la luz, por ejemplo
precedido por luciferino, na,
el adjetivo De Lucifer,
demonio del miedo.
Y así los días se abren en palabras
como frutos dulces
como el despertar desinteresado
de los niños por la vida.
Todo el tiempo
habrá un hombre listo
para volar en el Globo del Sueño
abrazado a su conejo.
Flor
Y así lo hizo, pero como la naturaleza es sabia y justa sin juicios, hizo crecer de sus ojos una orquídea de cada color.
Libertango
Cuando la lluvia llegó
Cierra tus ojos.
El horror, magia negra: desesperación. Las explosiones se cobran la vista de los niños. Mientras, tu lengua gira, aletea dentro de tu boca como las alas del colibrí. Se estrella contra tu paladar de corteza y este derrama su sopa de letras. Allí en tu boca un holocausto de amor, pero nadie lo oye porque a los muertos la boca les cosen.
Excavación Número Dos.
Esquivando charcos, adoquines hirviendo, crucé. A mi izquierda un pájaro muerto cayó como una palta sobre un cura y lo mató. Nadie reclamó su ausencia.
Los neumáticos rebotaban sobre sus costillas ya deshechas; "¡pero que enchastre che!". Los conductores reclamando el rebacheo prometido en campaña, y el cura sin los ojos miraba, sin forma, olvidado junto al pájaro que aún conservaba algunas de sus plumas preferidas.
Las ratas una noche se apiadaron del pájaro (y del cura) y organizadas en un regimiento de alfombra negra cargaron los cuerpos muertos pero calientes, quemados por la cocción del asfalto de febrero.
A donde los llevaron no le sé, pero ese día en que las ratas limpiaron la ciudad, las Gaviotas derramaron desde el cielo una lluvia de jacarandá.
Sutura Número Tres.
Si prestaba atención podía escuchar a los brotes saliendo de la tierra y como ésta cedía frente al impulso decidido de la vida. Solté mi pluma, descansé la mano y me llené de esperma los pulmones. Un hilo verde ascendía agarrado al cielo causando un ruido cercano al silencio . Desde el agujero hondo abierto debajo de mi silla podía yo escuchar la lucha del mar en su intento por subir. Todos saben que nada puedo hacer cuando miro al mar. (subía, subiendo, subió).
Sobre algunas de las formas del silencio
1.
Frente mío. Sus ojos en el vértigo púrpura del llanto. Por la rendija de su boca se escapaba el olor del amanecer. Siempre en silencio, ella allá y yo con los pies escondidos en el mar, como siempre. Nunca nos conocimos las voces. La sombra de un pájaro recorrió su rostro blanco, como un alma. Su primera palabra fue su última, y yo no la escuché.
2.
No es el mismo silencio el que separa las manos del pianista de sus teclas del silencio que habita del otro lado de una puerta.
3.
¿Dueño del silencio?
¿esclavo de las palabras?
Gritar con toda las fuerzas.
4.
En la arena estaba. La palabra camuflada en mi silencio. Una línea continua, un surco luminiscente, un garabato con ganas de decir. La huella de su dedo viajando velozmente por la orilla del mar. Agua de todos los colores.
5.
Bajo el mar nadie me oye llorar.
5.
Una gaviota me sopló al oído,
eso que por no haber querido,
no escuché.
6.
ECO ECO ECO ECO ECO ECO ECO ECO ECO ECO ECO ECO ECO ECO
Tres Ombúes
Dentro de la copa
en la palma del ombú,
no garras sino manos
que me agarran en el momento justo
con su piel de árbol-elefante.
Estoy, dentro de la copa,
de la noche silbada
por el viento que acerca
un mensaje del Rio de la Plata.
Estoy dentro de la copa,
aquí me quedo, vivo
como en un pecho;
una cúpula de tejas verdes.
¿Y qué hago?
celebro un cumpleaños,
21 de noviembre,
Ausente que dice "presente".
(El viento que no apaga las velitas).
Las ramas que me tienen
se mueven y mi corazón con ellas
ombú, on-bú
aquí me tienes
llorando dentro de tuyo.
Hoy soy tu corazón
Mi llanto latiendo
pero las hojas
que tanto saben de lluvia
secan mis mejillas
borrando lágrimas,
que guardan junto al agua
de la última tormenta.
El viento seca
lo que el alma moja.
Carta de Julio Cortázar a Roberto Fernandez Retamar
"Roberto, Adelaida, mis muy queridos:
Anoche volví a París desde Argel. Solo ahora, en mi casa, soy capaz de escribirles coherentemente; allá, metido en un mundo donde sólo contaba el trabajo, dejé irse los días como en una pesadilla, comprando periódico tras periódico, sin querer convencerme, mirando esas fotos que todos hemos mirado, leyendo los mismos cables y entrando hora a hora en la más dura de las aceptaciones. Entonces me llegó telefónicamente tu mensaje, Roberto, y entregué ese texto que debiste recibir y que vuelvo a enviarte aquí por si hay tiempo de que lo veas otra vez antes de que se imprima, pues sé lo que son los mecanismos del telex y lo que pasa con las palabras y las frases. Quiero decirte esto: no sé escribir cuando algo me duele tanto, no soy, no seré nunca el escritor profesional listo a producir lo que se espera de él, lo que le piden o lo que él mismo se pide desesperadamente. La verdad es que la escritura, hoy y frente a esto, me parece la más banal de las artes, una especie de refugio, de disimulo casi, la sustitución de lo insustituible. El Che ha muerto y a mí no me queda más que silencio, hasta quién sabe cuándo; si te envié este texto fue porque eras tú quien me lo pedía, y porque sé cuánto querías al Che y lo que él significaba para ti. Aquí en París encontré un cable de Lisandro Otero pidiéndome ciento cincuenta palabras para Cuba. Así, ciento cincuenta palabras, como si uno pudiera sacarse las palabras del bolsillo como monedas. No creo que pueda escribirlas, estoy vacío y seco, y caería en la retórica. Y eso no, sobre todo eso no. Lisandro me perdonará mi silencio, o lo entenderá mal, no me importa; en todo caso tu sabrás lo que siento. Mira, allá en Argel, rodeado de imbéciles burócratas, en una oficina donde se seguía con la rutina de siempre, me encerré una y otra vez en el baño para llorar; había que estar en un baño, comprendes, para estar solo, para poder desahogarse sin violar las sacrosantas reglas del buen vivir en una organización internacional. Y todo esto que te cuento también me avergüenza porque hablo de mí, la eterna primera persona del singular, y en cambio me siento incapaz de decir nada de él. Me callo entonces. Recibiste, espero, el cable que te envié antes de tu mensaje. Era mi única manera de abrazarte, a ti y a Adelaida, a todos los amigos de la Casa. Y para ti también es esto, lo único que fui capaz de hacer en esas primeras horas, esto que nació como un poema y que quiero que tengas y que guardes para que estemos más juntos.
Che
Yo tuve un hermano.
No nos vimos nunca
perono importaba.
Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.
No nos vimos
nuncapero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.
Ya nos escribiremos. Abraza mucho a Adelaida. Hasta siempre.
Julio"
necesario ni suficiente
para que amanezca.
Los sueños, el mar, la parra de uvas, el color, las plumas y la garganta ardiendo sí lo son.
(si lo son)
Un caso real
Moraleja: si usted tiene hemorroides viaje parado.
Súplica Azul
Un hombre largo,
mirándolo.
El mar,
mojándolo,
relamiendo sus pies
caminados,
como una petición, un por favor,
una tarde más, una vida.
Dulce persuación del mar
bañando
a hombres y a pájaros por igual;
que se queden, que resistan silbando
a ser solos,
a ser seres frente al mar.
Foto vieja
una caña que me trajo
una foto sumergida en el pasado.
En hilera las hormigas desfilando
tiempo arriba por la linea de la tansa
hasta mi mano crecida en años.
Que cosa el pasado,
que llega gastado
como un sweater de lana
descolorido, usado.
Un pedazo de mi
siempre quedó
atascado en el camino.
Puente roto
que comunique a nuestros ojos
ni celeste, ni luz
no hay puente
solo escombros, ruinas
piedras que recuerdan
que el pasado existió.
Completan la ausencia
la luz fría de dos soles,
dos ojos estelares
dos cuerpos celestes.
y como esquirlas de piedra negra
los cuervos salpican el cielo
con su vuelo epiléptico
como tinta derramada
en carne quemada.
La libertad existe.
El amor existe.
¿pero en dónde,
en qué pecho germinan?
Una ola negra se avecina
lentamente por el mar empetrolado
la sombra extingue al sol
una pared de muertos
avanza.
Y parado descalzo,
en la arena de vidrio molido,
entre delfines muertos,
algas de sombra,
frente al cielo rojo yugular,
desnudo yo.
Espero la furia
desmedida e injusta del mar
romper mi pecho
de poeta ciego.
Tan solo nuevamente.
Una promesa de tormenta
que promete matarme
de miedo niño
con el horror del amor.
Sí, me quitará la vida
pero con los brazos en alto
agitando con el último optimisimo
la bandera deshiclachada
del amor en la tierra.
Y si tengo suerte
un cuervo desbandado
con solo dos plumas volando
arrancará mis ojos
y los sembrará en otro tiempo,
en otra playa sin muerte
donde nacerá otra historia
donde dos se besarán
frente al azul-azul del mar.
Esa sería la única justicia.
Bicho Pizarnik
Al fondo Alejandra
Donde no cabe la luz
Donde encaja la noche
Como una pieza
Golpeando como un sello
tu pecho niño.
clase de Historia del Pensamiento Economico/septiembre/2008
Prólogo
Sos la luz de la intriga,
El silencio que habla
Ojos de estrella en la noche
Sos beso y abrazo fuerte
Descanso de soledades
Un espacio para el hombre
Sos una risa María
Verdad en tu boca
La vida en tus labios.
Mar
Miedo ascendiendo
Mujer anónima
Cubriendo tus ojos
Peces de alquitrán.
Mujer de rojo,
Traigo suero para mi muerte
Música brotando del fondo del mar.
La lucha se pausa,
El mar se hace presente,
Y en lo que a mi muerte respecta, el Mar de amor
Comienzo a respirar
.Comienzo
Corredor en la noche
dentro de la noche
cada paso me acerca
al silencio,
a una luna de tinta moribunda.
Sera de noche
cuervo estrellado
recorte negro del cielo
tu figura expandida
me borra
como la sombra a la luz.
Corriendo
a un lado el agua
del otro el incendio gris
de otra ciudad, otro llanto.
Apelo al vuelo
invoco en un salto
al cóndor, rey del cielo.
Manta negra, estrellas de vidrio
noche asfixiante como un cáncer
vuelo corro vuelo por/para ella
pero me atrapa,
porque siempre ganan las arañas.
Ahora soy un escombro
mancha negra en el lienzo escamado
en donde se han pintado todas las muertes de la vida
en constelaciones de odio
todas juntas formando,
desformando
la noche de los pobres.
Rastrillo del día,
noche porteña
nadie te escapa
ni corriendo o volando
o muriendo.
El interrogador
quiero saber dónde se van juntando las golondrinas
muertas,
adónde van las cajas de fósforos usadas.
Por grande que sea el mundo
hay recortes de uñas, las pelusas,
los sobres fatigados, las pestañas que caen.
¿Adónde van las nieblas, las borras de café,
los almanaques de otro tiempo?
Pregunto por la nada que nos mueve;
en esos cementerios conjeturo
que crece poco a poco el miedo,
y que allí empolla el Roc."
Resistan cursis
y lo escribo todo:
tu nombre en el pastel de papa,
y un verso flaco en tu espalda.
Escribo que te amo en el aire,
con el dedo escribo
sobre todo lo que puedo
y si tu nombre no cabe sobre un grillo
entonces achico la letra, o amaso al grillo
para que entren todas letras que te nombran.
Ya no queda árbol sin tallar
ni balcón de la ciudad
que no me haya oído cantar
en ingles, italiano y catalán
"yo te amo mlas, yo te amo más"
Pero algo extraño sucede
cuando vuelvo la vista atrás
los grillos borran sus tatuajes con las alas
los arboles sacuden sus marcas con plumeros
y los balcones se ríen al verme alejar.
¿Será hora de dejar la antigua manera del poema
y lustrar mi billetera mata-galán?
No,
No,
No.
Buscaré otros bichos,
otros pinos y otra ciudad
(empezare por París)
porque me niego a renunciar al amor
ya que no es un empleo con obra social
Tendré que hacer algunos ajustes:
cambiarte el nombre,
el pelo, el vestido y el código postal
pero yo soy guitarra gastada,
un necio que cree como otro necio que cree
que solo el amor salvará al mundo.
Y aunque no te conmuevas amor mío
seguiré usando mis dedos como pincel.
para pintar arco iris de colores
en las cascadas dulces de la piel.
Animarse
sino humo
como una cicratriz en el cielo
tomo aire, inhalo halos de luz
paso el rastrillo en busca de coraje
y cruzo el limite de un cielo a otro
en busca del sol padre.
Sin pantalones,
sin botamangas que arremangar
devuelvo mis pies al agua,
mis dedos se saludan con las piedras
en un mosaico de encuentro
y paso a paso cruzo
la frontera elemental sin nombre
hacia la orilla que en frente me espera
con una sonrisa de madre segura
de la vuelta de sus críos a la hora de almorzar.
Julio el minucioso.
(...) Ese rostro de mujer se vuelve una luna reflejando la luz ajena, luz cambiante que hace pasar por sus valles y sus colinas un incesante juego de matices, de velos, de ligeras sonrisas o de breves lluvias de tristeza. Luna de la música, última consecuencia erótica de un remoto, complejo proceso casi inconcebible."
Quien
a ponerle precio
al único mate calentito
de los confines fríos del desierto?
¿Quién se atreve
a decir que la libertad
no tiene la concha emplumada
y que las monjas la tienen clausurada?
¿Quién se atreve a decirnos algo amor mío?
A decirnos que de las huertas brotan etiquetas
que existen tardes imperfectas
o que la la muerte por viejos nos secustra?
¿Quién? ¿Dios?
¿Ellos que son mejores que vos?
Que muestren las caras los villanos
que se atreven a decirnos enmascarados
que este césped no se pisa
y del pernocte en las veredas se cagan de la risa.
¿Quién se atreve a decírmelo en la cara?
¿Quién contradice al viejo ambulante troilo sin barriga
que entre estaciones gastadas en un canto dice
que sólo el amor salvará al mundo?
Silencio
es callar
lo que sientes
dilo, con todas las letras
o miradas pero dímelo.
Cambié dos ojos por un oído
otro más para oírte decir
lo que sientes
sin crueldad.
Nada que Entender
sentado a las cuatro de la mesa
una piedra redonda en el verde
pensando
que no hay nada que entender.
Se evapora la vida en este intento
endender la física o la gastritis ¿para qué?
deseo vivir chupando un corazón.
¿Cómo entender que ahora la mesa es cuadrada,
y que la población del paraíso tiene la vista congelada?
Granos de cafe, gotas de mármol
los girasoles, el llanto y nada que entender.
Cosquillas,
cascabeles de risa,
cuando veo el esmero
de los cerebros de la ciencia
y los delirios de la Iglesia
explicandolo todo y nada.
Deseo ser libre.
Tetas de libertad.